Biografía
Etapa 1925-1960
Porfirio Vásquez Aparicio (1902-1971)
Nicomedes habla sobre Porfirio
Según cuenta Jorge Santa Cruz, hermano de Nicomedes: "Pero la vida de Nicomedes cambió cuando conoció a Porfirio Vásquez que vivía por la Avenida Arica cerca al Canodromo, al Kennel Club. Nico llegó a casa diciendo “he conseguido a un amigo”. A Porfirio le decían “amigazo” él era de Aucayama cerca de Chancay y Huaral. Era completo tocaba guitarra, cantaba, zapateaba y decía décimas. Parece que Nico encontró en él la veta que necesitaba y desde ahí entró en las décimas. Nico iba seguido a la casa de Porfirio, ahí había jaranas y tomaban pisco. Nico se convirtió en uno mas del grupo. Ocasionalmente Porfirio venía a la casa nuestra a buscar a Nico y conversaba con Pedro (hermano mayor de Nicomedes). A veces tocaba ahí la guitarra. No era asiduo a la casa pero a veces iba. Pedro le cantó una vez en son de broma “cuchucho cara de perro...” pero las jaranas eran con polka, vals y marinera".
Texto libreto disco Socabón:
"Don Carlos Porfirio Vásquez Aparicio, (nota: no confundir con su hermano Carlos Vásquez Aparicio (1891 - 1954) ), nació un 4 de noviembre de 1902, en el otrora celebre pueblo de Aucallama, ubicado en el fértil valle de Chancay (75 Kms al norte de Lima), Fueron sus padres don José Santos Vásquez y doña Floriana Aparicio. En 1920 llegó a Lima y contrajo matrimonio con la dama limeña Susana Díaz Molina, con la que tuvo 8 hijos: Vicente, Oswaldo, José Santos, María Julia, Abelardo, Porfirio, Daniel y Pedro.
"El Amigazo", como le llamaran sus múltiples amigos o "Don Porfi" como le dijéramos cariñosamente los muchachos, fue tan completo que podía improvisar una marinera de término, cantarla cajoneando o pulsando la guitarra, o bien bailarla fina, salerosa o pícaramente. Zapateador de contrapunto con vastísimo repertorio de pasadas; bailarín del ya extinto agüenieve; guitarrista folklórico que legó a la actual generación toques casi perdidos, como el 'socabón', 'agüenieve', 'diabliquillo', 'alcatraz' y 'zapateo en menor', así como afinaciones o temples en la guitarra ('punto de maulío') para diferentes golpes de jarana derivados de la 'mozamala' y 'zamacueca'. Buen decimista e inagotable narrador de cuentos, leyendas y todo tipo de tradiciones. Mucho de lo sabido por don Porfi, lo heredó de sus mayores: don José Santos, su padre; Marcelino Vásquez y Elías Muñoz, sus tíos carnales; Higinio Quintana, su maestro en el arte de la décima; y sus hermanos: Juan, el invencible zapateador; Vicente, el viejo patriarca de la familia; Carlos, el decimista; Oswaldo, bailarín y cantor y compañero de andanzas de don Porfi. De sus hijos Vicente ha sido el más aprovechado en la guitarra, Oswaldito en el cajón, María Julia en el baile de marinera, que practicara desde muy niña, teniendo como magistral pareja a su hermano Abelardo, quien también es músico, cantor y compositor.
Cuando en 1945 fue clausurado el 'Kennel Park', don Porfi se quedó sin trabajo. En esa época le conocí e intimamos como padre e hijo. En 1949, Porfirio es solicitado como profesor en una Academia Folklórica (la primera que se funda en Lima) y amplía su docencia a clases particulares. Esto lo convierte en un redivivo continuador de esa larga e interrumpida tradición de negros maestros de bailes que hubieran hasta el siglo XIX (Tragaluz, Maestro Hueso, etc.). Igual que ellos, don Porfi se ve precisado a inventar algunas coreografías, dando al festejo muchos de los pasos básicos que hasta hoy conserva.
Un día me enteré que don Porfi había sufrido un derrame cerebral. Ahí lo vimos en el Hospital Central, guapeando a la muerte y derrochando esa chispa alegre y genial que siempre le aminara. Pero la suerte estaba echada. Días más tarde, en una clínica de Chorrillos fallecía don Porfi, "El Amigazo", mi maestro querido. Justo a las cinco y media de la tarde de un primaveral domingo, 26 de septiembre de 1971 ('Año Internacional de la Lucha contra el Racismo y la Discriminación Racial'), se apagaba la fecunda vida de este versátil, inquieto, profundo y auténtico folklorísta peruano, cuya capacidad amical rompió todas las barreras sociales y económicas de nuestra jerarquizada sociedad, a la que dejó un inmenso legado de peruanidad. "
Fue Porfirio quien me llevó donde su hermano Carlos, que fue discípulo del famoso Higinio Quintana. Yo tenía una buena cantidad de glosas y fue Porfirio el que me dijo: "dígase una, Nicomedes", cuando terminé Carlos Vásquez estaba llorando. Me dijo: "creí que me iba a morir sin dejar un discípulo, tú vas a ser", y sacó unos cuadernos viejos de contabilidad, en los que tenía miles de glosas en las que había cantado a todo lo imaginable. Entonces le dije que no quería continuarlo, que quería recitar lo mío y seguir mi propio camino. Eso no le gustó. Pero después lo entendió y nos hicimos grandes amigos.
Sobre los Vásquez:
Sobre Porfirio (pag. 43-44) y su hijo Vicente (58-59) ver libreto de disco Socabón, 1975.
Sobre su hijo Vicente y Cumanana
Artículos prensa:
19 de febrero de 1963. 'Los Vásquez'. Expreso. PDF
(Para los conocedores señores, / somos los Vásquez / y aquí como en todas partes / ¡somos los Vásquez señores!
16 de junio de 1965. 'El amigazo'. Expreso. PDF
(Criollo, no: ¡Criollazo! / Canta en el tono que rasques / Le llaman 'El Amigazo' / su nombre: Porfirio Vásquez)
Entrevista de Nicomedes a su hijo Abelardo Vásquez (1929 -2001).
Revista Oiga. Sin fecha aunque es muy probable que el año sea 1969 PDF PDF
Nicomedes y Porfirio hablan sobre el juego "Maní" en septiembre de 1969
Carlos Vásquez, hermano de Porfirio